martes, 10 de agosto de 2010

027

 

Viendo una foto del Fin de Obra de la Villa Saboya te quedas pensando en lo viejo que parece el coche.

 

Viendo los goles de Raúl te quedas alucinado de lo viejas que parecen las camisetas y las publicidades.

 

Lo utilizamos como metáfora del granito de arena. Todo esto viene por el cuento del pajarito que, viendo como el bosque se quemaba, voló hasta el río, y en su pico llevó un poco de agua para apagar el fuego. Murióse. La moraleja del cuento es que si todos los animales hubiesen hecho lo mismo en lugar de huir, el fuego no habría arrasado el bosque.

Falso de toda falsedad.

Es de tranquilidad de conciencia del género bobo pensar que colocando la basura en el contenedor del color asignado salvamos al planeta.

Es incluso peor, puesto que el invento de la conciencia tranquila es muy perverso y sabemos quién lo maneja. http://lajauriademoz.blogspot.com/2010/01/004.html

El abismo de la realidad mezclado con la propiedad conmutativa, dice que ver a Raúl corriendo como pollo sin cabeza por todo el campo es ver un esfuerzo inútil.

 

Sin embargo, amigos seguidores, en el fútbol es diferente.

 

Raúl es el futbolista que todo compañero querría tener en el campo. Su pequeño buche de agua sí salva el bosque. Ver a Raúl en el estadio, seguirle con la mirada, es una lección de fútbol que podríamos aplicarnos a nuestras vidas.

 

Cuando Hugo quiera hacemos La Saeta morena.

 

Besos.

 

moz

 

 

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